Los voceros del gobierno y el mismo Presidente dicen, haciendo uso de inagotable fantasía, que el de los estudiantes es un movimiento manipulado por el imperio "Peones del imperio", los llamó el Presidente, en su dulce lenguaje. El mismo día 28, tuve el privilegio de conversar con un grupo de estudiantes de la Universidad Central. Nada más lejos de ser manipulados, todo lo contrario. Tuve la impresión de que ellos han tomado el bastón de mando en la lucha masiva por la democracia y por los derechos humanos que comienza a tener lugar en Venezuela. Son la vanguardia momentánea de un vasto movimiento social, democrático y popular. La palabra momentánea debe ser destacada.
Ningún sector social ni cultural tiene para siempre asegurado el primer lugar en ninguna lucha política; esa fue la idea que intenté transmitir a los muchachos cuando con cierta preocupación me plantearon ellos que tenían cierto miedo frente a la posibilidad de no ser capaces de sostener al movimiento durante un largo tiempo. Yo intenté decirles que no tenían porqué hacerlo. Hoy les toca a los estudiantes. Mañana a las mujeres. Otro día a los artistas e intelectuales. Otro día a los obreros. Otro día a la Iglesia. Otro día, y llegará ese día, a los propios habitantes de los cerros. Días antes, había tenido lugar una manifestación de más de 500 mil personas a favor de la libertad de expresión simbolizada en la RCTV. Si no hubiera tenido lugar esa manifestación, los estudiantes no habrían salido a las calles. Lo uno después de lo otro. Después, gracias a ellos, otros se atreverán a salir, y así sucesivamente. Ellos no son el movimiento, les dije. Son una parte del movimiento. Hicieron algunas muecas; naturalmente, ellos quieren ser "el movimiento".
Me pidieron que les contara algo del mayo francés, que terminó con el gobierno de De Gaulle; al fin y al cabo yo vengo de esos tiempos. Entre muchos aspectos que relaté, les dije que a diferencias de ellos, los estudiantes del mayo francés desataron un enorme movimiento social. En cambio, el movimiento social democrático, desató al movimiento de los estudiantes del mayo venezolano del cual ellos ya formaban parte, antes de asumir el rol político de "estudiantes".
No quiero nombrar a nadie. Pero vi en esos rostros atentos, algunos líderes del mañana.
Ningún sector social ni cultural tiene para siempre asegurado el primer lugar en ninguna lucha política; esa fue la idea que intenté transmitir a los muchachos cuando con cierta preocupación me plantearon ellos que tenían cierto miedo frente a la posibilidad de no ser capaces de sostener al movimiento durante un largo tiempo. Yo intenté decirles que no tenían porqué hacerlo. Hoy les toca a los estudiantes. Mañana a las mujeres. Otro día a los artistas e intelectuales. Otro día a los obreros. Otro día a la Iglesia. Otro día, y llegará ese día, a los propios habitantes de los cerros. Días antes, había tenido lugar una manifestación de más de 500 mil personas a favor de la libertad de expresión simbolizada en la RCTV. Si no hubiera tenido lugar esa manifestación, los estudiantes no habrían salido a las calles. Lo uno después de lo otro. Después, gracias a ellos, otros se atreverán a salir, y así sucesivamente. Ellos no son el movimiento, les dije. Son una parte del movimiento. Hicieron algunas muecas; naturalmente, ellos quieren ser "el movimiento".
Me pidieron que les contara algo del mayo francés, que terminó con el gobierno de De Gaulle; al fin y al cabo yo vengo de esos tiempos. Entre muchos aspectos que relaté, les dije que a diferencias de ellos, los estudiantes del mayo francés desataron un enorme movimiento social. En cambio, el movimiento social democrático, desató al movimiento de los estudiantes del mayo venezolano del cual ellos ya formaban parte, antes de asumir el rol político de "estudiantes".
No quiero nombrar a nadie. Pero vi en esos rostros atentos, algunos líderes del mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario